Mi Burrito Sabanero: la historia de la voz venezolana que le dio éxito

Caracas, 26 de diciembre de 2024. El villancico navideño «Mi Burrito Sabanero», o «El Burrito de Belén», a lo largo de los años se ha popularizado por un amplio rango de artistas, incluyendo a la leyenda de la música venezolana Simón Díaz, el cantante colombiano Juanes y el estadounidense Elvis Crespo.

En la época decembrina, esta canción se considera como parte de la tradición navideña del país, evocando muchos recuerdos a los venezolanos desde su niñez.

Es por esto que través del tiempo, se ha versionado de muchas maneras; la más reciente y que se ha vuelto viral en redes es la del cantante español David Bisbal.

Pero ninguna interpretación ha logrado tener el mismo impacto que la que se grabo originalmente hace más de 40 años, por un grupo de Coro Infantil en Venezuela, conocido como La Rondallita.

Así mismo, esta versión original grabada en el año 1975 es la más popular y no solo es un recuerdo de hace más de 4 décadas, sino que hasta el día de hoy sigue siendo uno de los villancicos de referencia en la Navidad de América Latina, de España y de la comunidad latina de Estados Unidos.

Inclusive, la revista estadounidense «Billboard», especializada en música, la incluyó en la lista de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos.

Lo que muchos no conocen es la historia del niño que entonó las notas para la canción del burrito a sus 8 años de edad.

‘Mi Burrito Sabanero’ suena mejor en voz de un niño

La composición del villancico navideño vino de la mano del maestro Hugo Blanco en el año 1975, probada primero en la voz de Simón Díaz, pero al maestro le parecía que quedaría mejor si la entonaban voces infantiles.

Rápidamente el maestro Blanco contactó al Coro Infantil de Venezuela y a su director del momento, reconocido como el arreglista Raúl Cabrera y juntos escogen a los niños que van a grabar «El Burrito Sabanero»; como solista, eligen al pequeño Ricardo Cuenci, de 8 años.

En una entrevista otorgada a BBC, Ricardo, quien ahora tiene 57 años, relató que siempre fue amante de la música, formando parte crucial de su crecimiento.

«Cuando yo tenía 4 o 5 años, mi papá participaba en una agrupación de música llanera; y yo agarraba una cajita de fósforos, le metía clavitos y empezaba a tocar maracadas porque veía a los otros tocando las maracas», expresó.

Fue por ese interés en la música, y gracias a la gran amistad que tenía su padre con Raúl Cabrera, que Ricardo terminó cantando en La Rondallita; dándole oportunidad para conocer «El Burrito de Belén».

«Recuerdo que estábamos grabando con el Coro Infantil Venezuela en un estudio. Estaba Hugo Blanco, estaba Raúl Cabrera y yo escuché la canción que había grabado Simón Díaz, y yo me puse a tararear en los pasillos del estudio y a cantar El Burrito Sabanero. Entonces salen y escuchan lo que estoy cantando (…) Y como yo sabía que tenía cómo cantarlo, la canté (…) Incluso se tuvo que grabar como el Burrito Tabanero, porque yo no sabía pronunciar la S. Y así quedó», relató Ricardo.

El éxito llegó con la voz de Ricardo

Ya grabado «El Burrito de Belén» con la voz de Ricardo, fue Raúl Cabrera el encargado de difundirlo, según cuenta Márquez, del Coro Infantil Venezuela.

«Cuando sale publicado el disco, el maestro Cabrera trabajaba en una tienda de discos que era de su papá. Y era él el que llevaba los discos a las rockolas de todo el país. Y ¿qué hizo él? Empezó a meter el disco del burrito sabanero para que lo empezaran a colocar en las rockolas«.

El disco empezó a ganar atracción de parte de la gente; primero llegó a Caracas y desde ahí se empezó a internacionalizar.

Además, Ricardo comenta que desde ese momento «La Rondallita», que era el coro infantil venezolano, empezó a generar fama sobre todo en Puerto Rico, pero lo peculiar era que Ricardo no se encontraba viajando con la agrupación.

Aunque Ricardo no estuvo en esa primera gira del coro infantil, le contó a BBC Mundo que recibió la invitación de Cabrera para viajar por todos lados a cantar.

«¡Se viajó! Hicimos dos viajes. La segunda vez estuvimos tres meses y cantábamos en todos lados. En zoológicos, en cuestiones nocturnas, en los hoteles, en los parques. En donde nos pidieran, cantaba», destacó.

Tiempo de desilusión

El solista Ricardo comenta que a pesar de que fue corto el periodo de tiempo en el que estuvo de gira con la agrupación, humo momentos en que lo desilusionaron mucho.

«Tuvimos problemas con el manager o el patrocinante (…) Incluso tuvimos problemas con un hotel, nos sacaron del hotel y tuvieron que comprarnos ropa para poder cantar en otro sitio».

Además, Ricardo cuenta que nunca vio ningún tipo de regalías de la versión del «Burrito Sabanero» a pesar de la popularidad que adquirió la canción en toda la región y que aún mantiene.

«Uno como niño nunca supo nada de eso, ni de dinero, ni de cobros… Nunca se nos pagó ni un bolívar partido por la mitad, ni a mí ni a mis compañeros de La Rondallita».

Pero una de las desilusiones más grandes fue cuando el papá de Ricardo rechazó una oferta que pudo haber cambiado su vida: la de ser parte de Menudo, la popular agrupación infantil puertorriqueña a la que perteneció Ricky Martin.

«A lo mejor a mi papá le faltó un poco de chispa», lamenta Ricardo. «No me dejó, no me dejó y yo quedé así como que ‘mérmole’… ¡Y con Menudo!»

Añadió que luego de esto se apagó y que no quiso saber más nada del Burrito de Belén ni de La Rondallita; prefirió dedicarse a su familia y a sus asuntos personales.

El niño de Mi Burrito Sabanero creció

Cuenci, afirma que nunca se desconectó completamente de la música, a pesar de la fallida experiencia que tuvo en su niñez.

Argumentó que siguió estudiando música y que aprendió otras labores y las combino para trabajar en el campo que actualmente ejerce que es la publicidad.

Por otra parte, Ricardo comentó que aún tiene contacto con sus excompañeros del coro y que incluso a pensado en lanzar una nueva versión del villancico navideño.

Hoy, con el apoyo de su familia, Ricardo se siente agradecido con el burrito y con la felicidad que le ha podido traer a tantas personas alrededor del mundo.

«Que cada niño en el mundo escuche esa canción y se llene de alegría a mí me llena un montón», concluyó.

Con información de BBC Mundo