EEUU
Trump acentúa guerra de poderes dentro de la justicia norteamericana
Hay un verdadero conflicto de poderes e intereses en la Corte Suprema de Justicia de EEUU solo por las ansias de poder del mandatario Donald Trump y sus imposiciones

Washington, Estados Unidos, 30 de mayo de 2025.- Las acciones políticas de Donald Trump han ocasionado una verdadera guerra de poderes entre miembros de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, algo muy poco visto en la historia de ese país. En la mañana de este viernes, un juez de la Corte Suprema pasó por encima a una sentencia de otro juez, permitiendo al presidente norteamericano la revocatoria de los llamados paroles humanitarios.
Bien temprano se conoció sobre la decisión de la Corte Suprema de Justicia que otorga luz verde al presidente Donald Trump para revocar el estatus legal que protegía a migrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití. La herramienta legal conocida como «parole humanitario» permitía a más de 500 mil personas ingresar legalmente a EEUU durante el gobierno de Joe Biden.
El conflicto entre jueces en la justicia norteamericana es muy delicado y la actuación de Donald Trump, al pretender imponer sus decisiones políticas por sobre la justicia, han creado un clima demasiado tenso entre el cuerpo colegiado de jueces en esa nación. La decisión tomada en la mañana de este viernes suspende una orden previa de un juez federal que le impedía al gobierno poner fin a este programa de «Parole humanitario».

Jueces discrepan entre si y hay mucha tensión por Donald Trump
Un dato bastante significativo es que las magistradas Ketanji Brown Jackson y Sonia Sotomayor, dos de los tres jueces liberales de la corte, discreparon. Estos jueces han mostrado razones contundentes para no acompañar a la sentencia definitiva.
Es preciso recordar que desde que asumió su mandato, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que instruía al Departamento de Seguridad Nacional a eliminar los programas de parole humanitario.
En este mismo contexto, se conoció que luego de conocer la decisión, la Casa Blanca «celebró» la oportunidad de deportar a 500.000 personas catalogadas por ellos como «invasores». Al menos así lo declaró a la televisora CNN el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller.