Opinión
Una manzana histórica: Aquí nació Caracas
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Santa Capilla, Carmelitas, El Conde y Principal: aquí se han desarrollado importantes acontecimientos que impactan la vida del país
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La sede del Archivo Histórico de Miraflores (AHM) se encuentra ubicada en un espacio que ha sido habitado desde tiempos inmemoriales. Primero lo poblaron hombres y mujeres pertenecientes a las culturas originarias de nuestro suelo. Luego, allí se asentó la que sería parte de la Caracas colonial: las cuatro calles que dan forma al cuadrado y a las esquinas que se denominan Santa Capilla, Carmelitas, El Conde y Principal. Aquí nació Caracas.
Conviene apuntar que esa denominación de las calles por alusión a las esquinas es una de las características que hacen atractivo (otros lo califican de «curioso») el casco colonial de la ciudad. En una oportunidad, Juan Röhl se interesó en investigar este asunto en el continente y, al hacerlo, arribó a estas conclusiones: “Mérida de Yucatán, en México, comparte con Caracas la privilegiada, aunque no envidiable particularidad, de ser las únicas ciudades en el mundo cuya nomenclatura callejera se guía, no por calles, como todas las ciudades que se respetan, sino por esquinas, con pintorescos y caprichosos nombres cuyo origen es, la más de las veces, desconocido”.
Por esas líneas, también nos damos cuenta de que no faltan los que desaprueban o desaprobaron en su momento esas nomenclaturas. Pero, a pesar de varios intentos por «modernizar» las direcciones de la ciudad, la tradición afortunadamente persiste.
El cuadrilátero histórico
Cuando se habla de ‘cuadrilátero histórico’ se hace referencia a las veinticinco manzanas que se registran en el primer plano que se conoce de la ciudad. Hablo del realizado durante la gestión del gobernador Juan Pimentel en 1578.
En ese registro gráfico se observa que el cuadrado donde se asienta actualmente el Archivo Histórico de Miraflores ya existía en ese tiempo. Claro está, ese año que indico todavía no se habían acuñado los nombres de las esquinas que, poco a poco, fueron surgiendo y consolidándose en el tiempo.
Esquina de Santa Capilla
En todo caso, sabemos que cada uno de esos nombres tiene una decidida carga histórica. Por ejemplo, la primera de esas esquinas, la de Santa Capilla, está ubicada en el mismo lugar donde se oyó la primera misa en Caracas. En el lugar de la iglesia que menciono, se erigió una ermita por disposición de los voceros imperiales en los tiempos de la conquista. Ese sitio de oración se acogió bajo el nombre de San Sebastián y después se llamó San Mauricio.
Cuando el gobernador y capitán general Juan Pimentel elevó el conocido informe de 1585 sobre el estado y condiciones del pequeño poblado, refirió que, en un principio, las casas de la ciudad eran de madera y palos hincados, cubiertos de paja. Para 1585 la iglesia ya era de piedras y ladrillos.
El primer coliseo de la ciudad
Propongo un salto en el tiempo hasta llegar a 1782. El 24 de diciembre de ese año, don Manuel González Torres de Navarra asume la gobernación de la provincia. Dos años más tarde, el 4 de mayo de 1784, esta autoridad comunica que ha construido un coliseo «a sus propias expensas y sin gravamen del público», donde se presentará «al vecindario la honesta diversión de las comedias y del descanso». Las palabras que entrecomillo las he tomado del imprescindible Enrique Bernardo Núñez.
Ese teatro fue el mismo que visitó Alejandro de Humboldt en 1800. En aquel momento el viajero alemán se refería a este edificio de la ciudad con estas palabras: «Cuéntase en Caracas una sala de espectáculos que puede contener de 1.500 a 1.800 personas. Estaba dispuesta en mi tiempo de manera que el patio, donde se hallaban los hombres separados de las mujeres, no estaba cubierto, viéndose a un tiempo los actores y las estrellas». Este coliseo o sala de espectáculos, como la caracterizó el visitante, estaba situada de Conde a Carmelitas. Por cierto, corridas varias décadas vivía en esa misma dirección Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) y su familia. Enrique Bernardo Núñez ha constatado que la casa del futuro presidente estaba junto al Coliseo.
Esquinas de Carmelitas, El Conde y Principal
Por lo que toca a la esquina de Carmelitas, recibe el nombre del convento de Carmelitas Descalzas que se ubicaba en el terreno que ocupa hoy el Banco Central de Venezuela. El lugar estuvo habitado por las religiosas hasta 1874, cuando Guzmán Blanco eliminó esos sitios de reclusión.
Y ahora que menciono la esquina del Conde, vale la pena recordar cuál es el origen de ese nombre. En esta esquina transcurrieron sucesos de marcado interés en los inicios de nuestra Independencia política de España. En la casa que quedaba donde se erige hoy la biblioteca Simón Rodríguez, habitaba el conde de San Javier (don José Antonio Pacheco). En esa vivienda se reunieron los integrantes de la Junta Suprema de Caracas de 1810 y se instaló el Congreso Constituyente de marzo de 1811.
En realidad, en ese punto vivieron dos condes: el que vengo mencionando (el de San Javier) y el De La Granja (don Fernando Ignacio Ascanio). Pero ha sido precisado que el nombre de la esquina se debe al primero, quien había comprado el título nobiliario en 1732, mientras su primo, el otro noble, lo adquirió mucho después, en 1795.
Por lo que refiere a la esquina de Principal, debe su denominación a la circunstancia de haberse establecido ahí en los inicios coloniales el Cuerpo Principal de la Guardia.
Como se advierte, un simple recorrido por la manzana donde se ubica actualmente el Archivo Histórico de Miraflores es una lección no sólo de la historia urbanística y arquitectónica de Caracas, sino de la cultural y política. Allí también está ubicada la Vicepresidencia de la República donde se forjan los destinos del país.
