Internacionales
Solidaridad de Bolivia: Venezuela agradece por apoyo a migrantes secuestrados
Los familiares de los detenidos alzan sus voces durante las manifestaciones públicas, exigiendo justicia
Caracas, 25 de marzo de 2025. El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, emitió un mensaje en nombre del presidente Nicolás Maduro, donde expresó profundo agradecimiento al Mandatario de Bolivia, Luis Arce, por su solidaridad hacia los migrantes venezolanos, víctimas de graves violaciones de derechos humanos.
En su declaración, Gil condenó las acciones de los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador, a quienes calificó como «mercaderes esclavistas del siglo XXI».
El canciller subrayó la importancia de la colaboración entre Venezuela y Bolivia en la construcción de caminos hacia la paz.
Asimismo, resaltó el compromiso de ambos países de fortalecer los lazos de hermandad.
Bolivia muestra solidarida
En este pronunciamiento, difundido a través del canal de Telegram del canciller, resaltó la necesidad de una unión internacional para abordar las problemáticas que enfrentan los migrantes.
Más de 200 migrantes venezolanos detenidos en El Salvador han generado preocupación y rechazo a nivel nacional e internacional.
Estas personas, deportadas desde Estados Unidos, son acusadas (sin pruebas) de pertenecer a la banda criminal transnacional conocida como el “Tren de Aragua”.
Sin embargo, familiares y abogados denunciaron que muchos de los detenidos carecen de antecedentes penales y no tienen vínculos con actividades delictivas.
Los migrantes se encuentran recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
En este contexto, los abogados defensores presentaron recursos de habeas corpus ante la Corte Suprema de Justicia salvadoreña, argumentando que no existe evidencia suficiente que justifique su detención y que se han vulnerado sus derechos al debido proceso.
En Venezuela, los familiares de los detenidos alzan sus voces durante las manifestaciones públicas, exigiendo justicia y el regreso de sus seres queridos.
Con pancartas y consignas como “Migrar no es un delito”, instan a los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos a respetar los derechos humanos de los migrantes y a revisar sus casos de manera justa.
