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Opinión

José Gregorio Hernández: médico, miliciano y antimperialista

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Lea el artículo de José Gregorio Linares, director del Archivo Histórico de Miraflores

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José Gregorio Hernández (1864-1919) es la mejor expresión del alto sentido patriótico del pueblo venezolano. Cuando potencias extranjeras amenazaron la soberanía nacional y profanaron nuestro suelo, denunció la agresión imperialista. Tomó partido en favor de la Independencia y la paz, amenazadas por la injerencia y la guerra.

La agresión extranjera

En efecto, el 9 de diciembre de 1902 en las costas de Venezuela sonaron los cañonazos. No anunciaban la navidad, sino la presencia de naves militares extranjeras que cobraban compulsivamente las deudas adquiridas por la República y amenazaban con bloquear y bombardear nuestros puertos si no se satisfacía a los acreedores.

Alemania, Gran Bretaña e Italia, conformaron una alianza entre potencias. Aplicaron la diplomacia de las cañoneras: Disparaban primero y cobraban después, o dicho en otras palabras: “LA BOLSA O LA VIDA! La teoría de los malhechores llevada al terreno de la diplomacia”.

La resistencia popular

La respuesta patriótica del pueblo venezolano no se hizo esperar. El presidente Cipriano Castro emitió una proclama el 9 de diciembre de 1902 en la que denuncia la injerencia imperial. Con indignación expresa: “La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria”. Manifiesta que esta agresión es “un hecho insólito en la historia de las naciones cultas, sin precedentes, sin posible justificación, hecho bárbaro, porque atenta contra los más rudimentarios principios del Derecho de Gentes; hecho innoble, porque es fruto del contubernio inmoral y cobarde de la fuerza y la alevosía”.

El presidente invitó a todos los venezolanos, independientemente de su filiación partidista y su condición social, a formar un solo escudo para enfrentar la entente imperial que pisoteaba nuestra soberanía. Entonces, los ciudadanos sin distingos de clase, de ideología o de profesión, se organizaron para enfrentar a los invasores.

Los médicos patriotas

Los médicos de Venezuela se distinguieron por su fervor patriótico. El 12 de diciembre, desde Puerto Cabello, el galeno E. Borjas León, envía el siguiente telegrama a Miraflores: “Los médicos y farmaceutas de esta ciudad hemos ofrecido nuestros servicios al Gral. Secundino Torres quien los ha acogido con entusiasmo patriótico, y habiendo organizado el Cuerpo de Sanidad, me ha hecho el honor de nombrarme médico Cirujano Mayor del Ejército del Distrito y del Litoral. Al elevarlo al superior conocimiento de Ud. me place manifestarle en mi propio nombre y en el de mis compañeros, que, como buenos venezolanos, sabremos cumplir nuestro deber de Patriotas, para defender el decoro nacional”.

Abundan esquelas como ésta, del médico farmacéutico Silvestre E. Cavallo, dirigidas al presidente Castro donde le dice: “como hijo de esta mi patria querida, le suplico acepte mis servicios como doctor en medicina en farmacia, y como soldado en el ejército de Vanguardia que marche a reivindicar la honra de la patria”.

Hubo médicos que alertaron acerca de los peligros que nos acechaban y a su vez señalaron los estragos ocasionados por los enemigos. El médico del Castillo de Puerto Cabello denunció que “el Comodoro Ingles dijo en el Castillo que no había echado la Aduana abajo porque él era muy bueno”. Observó que debíamos armarnos por si los invasores se internaban en tierra firme, puesto que si se decidían a hacerlo “nadie se los puede impedir pues con la artillería de sus buques barren mucho terreno a su alrededor y si efectúan un desembarco, vienen provistos de señales para distinguir sus fuerzas de las del enemigo. El único modo de contrarrestarlos sería con artillería de bastante calibre y bien dirigida”.

Milicias populares, cuerpos de voluntarios y batallones patriotas

El presidente llama a formar milicias populares. Inmediatamente, de todas partes llovieron telegramas como éste, donde le informan: “ya tengo organizadas 20 compañías de milicianos con las cuales estaré a su lado para ir al sacrificio si fuere necesario en defensa de la Patria.”[6] O ésta donde se solicita autorización “para organizar, disciplinar y llevar a la guerra, un cuerpo de voluntarios que llevará el nombre de Batallón Venezuela”.

Asimismo, en las aulas universitarias se organizaron batallones patriotas. En la UCV se publica un comunicado el 13 de diciembre, donde las autoridades “aplauden la digna y patriótica actitud asumida por el supremo Gobierno en el actual conflicto internacional”. Los universitarios aseguran “que en tamaña emergencia sabrán cumplir de grado con los deberes que impone el patriotismo”. Allí firman, entre otros, los doctores José Gregorio Hernández, Luis Razetti y Pablo Acosta Ortiz.

Los documentos de la época evidencian que entre los venezolanos más activos en la resistencia antimperial, estuvo el médico de los pobres, primero en incorporarse a las milicias populares como aparece en la boleta de inscripción, que dice: “Jefatura de Milicias N° 1, Caracas, 11 de diciembre de 1902. El ciudadano José Gregorio Hernández se haya alistado en la milicia de la parroquia de Altagracia. Vive en la calle Norte 2, casa N° 36. El Jefe Civil: G. Arenas. El Prefecto: L. Carvallo. Filiación: Edad treinta y ocho años. Estado: Soltero. Profesión: Médico”.

Participó en las procesiones religiosas que se desarrollaron en Caracas en defensa de la Patria, cuando la Iglesia en pleno se puso del lado de la Nación y como acto de fe, el 11 de diciembre “estuvo expuesta la Divina Hostia en todos los templos de la ciudad, para pedir al Dios de las Naciones cubra con su protección a Venezuela en el actual conflicto”.

En efecto, José Gregorio Hernández estuvo en la primera línea de combate, cuando la patria de Bolívar fue bombardeada por los cañones imperiales. Desde entonces, los gobernantes de las grandes potencias saben que en Venezuela hasta los santos más apacibles se convierten en bravos guerreros si alguna potencia extranjera amenaza nuestra soberanía.

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