Opinión
El fútbol si es asunto de Estado aquí y en otros países
El presidente Nicolás Maduro se convirtió en la voz de todo un país que sueña con ver a su selección en un Mundial de Fútbol

Caracas, Venezuela, 11 de septiembre de 2025.- Cualquier país que se digne de participar en una eliminatoria mundialista lo hace asumiendo a la disciplina como un asunto de Estado. Son muy pocas las naciones donde el balompié es «una disciplina deportiva más», y Venezuela, afortunadamente, ya no es una de ellas. Por eso, este miércoles, Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, asumió un compromiso de convertirse en la voz y sentimiento de un país, que necesitaba expresarse luego de la eliminación de la carrera mundialista.
Durante una jornada de trabajo dedicada a la soberanía alimentaria, el mandatario venezolano hizo una pausa para expresar unas palabras sinceras de solidaridad con los niños y niñas de Venezuela que lloraron por la derrota de La Vinotinto ante Colombia, al tiempo que reflexionó sobre el trabajo de la selección: «Venezuela, toda, exige una restructuración del cuerpo técnico de la Vinotinto, una reorganización de la estrategia, de la doctrina de la línea de trabajo y de combate de la Vinotinto«.
Acto seguido, pasadas las 8 de la noche, la Federación Venezolana de Fútbol difundió el comunicado donde se anunció la salida del técnico de la selección nacional. La noticia no tomó por sorpresa a nadie pues tenía que ocurrir. Y estoy seguro que las críticas del presidente tienen un peso enorme, pero son las mismas palabras de todo un país, que vio un sueño roto.

El comandante Hugo Chávez lo asumió como asunto de Estado
El fútbol en Venezuela es un asunto de Estado, y desde que el Comandante Hugo Chávez impulsó la realización de la Copa América 2007 en Venezuela, una de las mejores de los últimos tiempos, la selección nacional ha adquirido una categoría superior, al menos en los papeles de lo que significa para el país.
Y la reflexión de Nicolás Maduro es muy válida, pero voy más allá, era necesaria, siendo él un amante del deporte y un líder político con una influencia importante en su pueblo. Pero además era casi obligado hacerlo, pues el estado venezolano ha invertido una importante cantidad de recursos y acciones en la disciplina deportiva reina.
Solo cabe recordar que aquella Copa América de 2007 no era posible si el Estado no intervenía con la construcción de varios estadios, como el Monumental de Maturín, el Metropolitano de Barquisimeto, y mejoras de otros tantos, como la del Olímpico de Caracas y el José Antonio Anzoátegui, de Puerto La Cruz.

En estos últimos tiempos, la misma Federación Venezolana de Fútbol y el gobierno venezolano recibieron a representantes de la FIFA en Venezuela. Nicolás Maduro Moros recibió en el mismo Palacio de Miraflores, al presidente de la FIFA Gianni Infantino, y puso a la orden todo el poder del Estado para impulsar programas que contribuyan al reimpulso del fútbol desde las escuelas, para llegar a ver a Venezuela en un Mundial de Fútbol.

Reorganización de la doctrina de trabajo de La Vinotinto
«Hay que corregir lo que haya que corregir, y levantar la cabeza, nunca bajarla, pues el día de La Vinotinto llegará, así que toda mi solidaridad con los futbolistas y sobre todo con el pueblo venezolano que sueña con ver a su selección en un Mundial de Fútbol», expresó Nicolás Maduro con un evidente sentimiento de dolor.
Pero es también el sentir de los conocedores de la materia, quienes hasta se han adelantado a expresar que la selección se ha convertido en solo «marketing», mientras otras disciplinas deportivas que si le han dado medallas al país, no disfrutan de los mismos beneficios del fútbol.
Recientemente la selección Senior de Venezuela quedó campeona panamericana de Voleibol, luego de varios años de ausencia de nuestra selección de la disciplina en el plano internacional. El voleibol no recibe la astronómica cantidad de dinero que si recibe la selección de fútbol. Tampoco las selecciones de Halterofilia, que ha dado medallas olímpicas a Venezuela, recibe tanto dinero como si el balompié.

Es decir que tanto el presidente del país y el pueblo entero, que nunca abandonó a su selección, tiene pleno derecho a exigir cambios estructurales en la gran caja de pandora llamada Federación Venezolana de Fútbol.
Amanecerá y Veremos… aunque preferimos hacernos eco de las palabras del presidente venezolano quien expresa con su sueño mundialista intacto: “Tenemos con qué competir, llegar y ganar; hay que corregir lo que haya que corregir y levantar la cabeza ante las derrotas”.