¡Síguenos!

Internacionales

$250 millones para un «capricho» en la Casa Blanca

Loading

La nueva obra, con más de 8.000 metros cuadrados y capacidad para cerca de 1.000 personas, altera el equilibrio del diseño neoclásico de la Casa Blanca.

Publicado

en

Loading

Carcas, 21 de octubre de 2025. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha desatado una ola de críticas al iniciar la demolición parcial del Ala Este de la Casa Blanca.

Para construir su «Salón de Baile» de $250 millones, una obra considerada un «derroche innecesario».

A pesar de que la Casa Blanca insiste en que el proyecto se financia con donaciones privadas del presidente y «patriotas».

Excongresistas y comentaristas han cuestionado la ética detrás de un gasto tan monumental.

El coste estimado de $250 millones supera con creces el presupuesto de cualquier renovación significativa en la Casa Blanca durante el último siglo.

Críticos argumentan que esta inyección de capital privado, proveniente de grandes donantes y corporaciones.

Plantea interrogantes sobre la opacidad y la potencial influencia en la política.

Destrucción de patrimonio histórico y ruptura arquitectónica

Contrario a las declaraciones iniciales de Trump de que la nueva estructura estaría «separada» del edificio principal.

Las imágenes confirman que las obras afectan directamente el complejo.

La nueva adición, con más de 8.000 metros cuadrados y capacidad para cerca de 1.000 personas, se considera una expansión desmedida que altera el equilibrio del diseño neoclásico de la Casa Blanca.

Algunos han comparado el estilo planeado (que incluiría mármoles, cristales antibalas y detalles dorados) con la estética opulenta de la residencia privada de Trump, Mar-a-Lago.

Siendo esto un monumento al ego personal más que una mejora funcional para la nación.

¿Una necesidad real?

La justificación de la Casa Blanca para este salón de baile es la necesidad de un espacio más grande para cenas de Estado y grandes eventos, ya que el actual solo alberga unas 200 personas.

Es importante destacar que la Casa Blanca ya cuenta con amplios espacios para eventos y sumado a eso la construcción de carpas en el Jardín Sur, siendo la solución actual para actos masivos.

La premura por completar esta obra antes de que termine el mandato de Trump en 2029, da como resultado de que se trata de un legado y capricho personal, y no de un proyecto a largo plazo.

Recordemos que, Donald Trump no era aún ni siquiera candidato presidencial, ni se planteaba en serio serlo, cuando propuso por primera vez construir un gran salón de baile en la Casa Blanca en 2010, pero el gobierno del expresidente Barack Obama, declinó la oferta por la vía del silencio administrativo.

¡Escuche Radio Miraflores!